Tacto
En el apartado del tacto, nos encontramos un mástil característico de Jackson, con el tacto suave (el mástil tiene acabado natural, por lo que no hay pinturas pegajosas ni nada por el estilo) y un manejo fácil. Está claro que una de las prioridades de Jackson en este instrumento era que fuese cómodo, ya que vemos muchos rasgos que denotan preocupación por ese aspecto. El único punto ligeramente discordante es el tacto del diapasón, que sin ser malo del todo, nos devuelve a la tierra momentáneamente y nos recuerda la gama de precios del instrumento que tenemos en las manos. La acción es bastante agradable, aunque está lejos de tener el tacto de sus hermanas mayores de la misma marca. Tocar Riffs y guitarras rítmicas es comodísimo, en tareas solistas ya tenemos que poner algo más de atención de nuestra parte para que todo funcione. Aún así saca bastante buena nota, y los esfuerzos de compensación que tenemos que hacer para tocar no son nada desproporcionado. Nuevamente, volvemos a caer en la cuenta de que sería un instrumento idóneo para alguien que deseara aprender: las cejillas responden como deben, los ligados no son absurdamente complicados ni los bendings se convierten en una pesadilla. En definitiva, todo reacciona de forma bastante cercana a lo que debería ser en un instrumento bien hecho. Nótese, no obstante, que el modelo nosotros hemos probado había sido ajustado por un profesional.
Aspecto externo
La nuevaJackson Monarkh SC JS22 presenta una combinación de rasgos que la identifican como una guitarra de gama sencilla. Pero que no se malinterprete esta afirmación: nos referimos a la ausencia de lujos, pero no a unos malos acabados, ya que son agradables y más que correctos para una guitarra de este precio. No hay regalos estéticos como bindings, decoraciones específicas o maderas exuberantes. La tapa, que en los modelos de esta clase acostumbra a ser arqueada, es plana, con excepción de un rebaje a la altura del antebrazo par aumentar la comodidad. Nos parece una elección acertada para reducir los costes de un instrumento, si bien es cierto que las tapas planas le restan una gran cantidad de encanto. Pero sabiendo su precio, podemos vivir con ello, y es más, un principiante hará sus primeros conciertos y practicará perfectamente sin necesidad de esa prestación. Otro de los puntos que la delatan es el aspecto del palisandro del diapasón, que resulta algo tosco a la vista. Insistimos en que son pequeñeces teniendo en cuenta el precio, pero quienes hayan tenido guitarras de gamas superiores notarán estos detalles.
No obstante, todo ello está contrarrestado por un acabado de pintura agradable (estamos probando el modelo Satin White), unos herrajes negros con buen aspecto general de limpieza y orden. Ninguna pieza está mal montada, ni hay sensaciones extrañas ni desiguales en potenciómetros ni en el jack (algo más frecuente de lo que podríais pensar en estas gamas). En definitiva, creemos que cualquiera que esté evaluando su primera guitarra o una guitarra de repuesto o de apoyo, la encontrará estéticamente muy correcta. Incluso tiene algunos extras nada aleatorios que la hacen más cómoda, como el excelente rebaje de la unión del mástil y el cuerpo que facilita el acceso a los trastes superiores y el rebaje de la parte trasera a la altura del abdomen. También el balance de peso es bastante correcto por lo que, en resumen, tiene lo justo y realmente necesario para ser tocada con efectividad.
Conclusión
La Jackson Monarkh JS22 SC es una recomendación segura para un guitarrista principiante que sea aficionado al Metal o al Rock duro. Quizás no sea muy válida para otros estilos, al menos no de forma muy específica, pero aquello para lo que fue diseñada lo hace bien. Creemos que todas las características veraderamente importantes de un buen instrumento para aprender sin distracciones están cubiertas: que la guitarra afine bien y que no requiera de compensaciones no deseadas en nuestra técnica para hacerla sonar ya es un gran punto a favor. Y aún más, tiene algunos extras interesantes, como el rebaje de la unión entre cuerpo y mástil y el excelente sonido en distorsión de la pastillla del puente. Por eso, la Jackson Monarkh JS22 SC ha resultado una grata sorpresa, y creemos que es una guitarra a la que es obligado echarle un vistazo si estamos buscando un primer instrumento para comenzar a tocar en el estilo del Metal o similares.
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Sonido
Afinamos la guitarra y aquí es donde la Jackson Monarkh nos dejó convencidos. Pudimos afinarla rápido y bien. Su entonación era satisfactoria y bastante duradera, no hubo que afinarla mucho más, a pesar de que hicimos bendings y hicimos ataques de púa bastante intensos. La calidad de los afinadores, cejuela y puentes dirá si soportan o no el paso del tiempo y, en consecuencia, su capacidad de mantenerse así de afinada. Pero, como mínimo, fue un muy buen comienzo. Un buen mantenimiento y mucha atención a los posibles desgastes del puente y cejuela, así como el buen estado de los afinadores podría ser interesante para no perder esta ventaja en esta guitarra.
Empezamos a probar los sonidos limpios, y obtenemos lo que esperábamos. Puesto que se trata de pastillas con una salida pensada para sonidos de metal, satura los amplificadores con facilidad. No es nada que no se pueda solucionar con un ligero ajuste en el amplificador, pero podría ser problemático si buscamos sonidos extremadamente cristalinos y no tenemos un amplificador demasiado versátil. El carácter de las pastilla en limpio tiende a ser algo neutro, sin una tendencia de ecualización muy marcada. Eso sí, tienen brillo suficiente y graves en proporción adecuada, por lo que no nos fue urgente modificar la ecualización para evitar tendencias molestas . También la dinámica era bastante buena, pudiendo obtener diferentes respuestas gracias al toque de nuestra púa. Por otro lado, no detectamos un ruido de fondo muy destacable, algo que fue beneficioso cuando, más tarde, pasamos al canal distorsionado.
En distorsión, nos impresionó de veras. Especialmente el sonido de la pastilla de puente hizo una combinación muy equilibrada con la saturación del amplificador (estaba siendo utilizado un Blackstar Ht-1 Metal) que para nada era, a nuestros oídos, el de una guitarra de 200 euros. Las posiciones centrales y la de mástil nos parecieron muy buenas, pero más ajustadas a lo que esperábamos encontrar. Pero volviendo a la pastilla del mástil, es un sonido muy interesante, más aún teniendo en cuenta que la mayoría de guitarristas de Metal pasan mucho tiempo en dicha posición. Los resultados pueden variar de un amplificador a otro, especialmente si no se trabaja con un amplificador valvular, pero el Blackstar Ht-1 Metal es un ampli de una gama media, por lo que creemos que no sería difícil llegar a conseguir resultados similares con otros modelos de amplificador. Los sonidos rítmicos son ágiles y con densidad, y las guitarras solistas mantenían el grosor y no resultaban estridentes. En fin, todo un acierto en distorsión.